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Tienes una inmensa biblioteca de post para leer. Misterio fresco, original y directo. Empieza la mañana con un estimulante ensayo, ficción o poesía desde el lado brillante o desde el lado oscuro.

Me dedico a contar la luz y... las sombras, eso que se oculta en lo cotidiano, lo invisible, lo silenciado. Escribo para dar forma a lo que no siempre se ve...

Tú lees. Yo escribo. Entre medio hay un silencio compartido, una respiración que se parece a la de los libros cuando duermen. Y sin embargo, este blog no se escribe solo. Hay teclas que se gastan, noches que se estiran, gatos que maúllan en medio de una frase, y cafés que se enfrían mientras la palabra exacta juega a esconderse.

Si alguna vez algo de lo que leas aquí te hace fruncir el ceño con gusto, sonreír de reojo o releer un párrafo como quien vuelve a escuchar un viejo disco, bueno, quizás podrías suscribirte. Una mínima conspiración entre tú y yo para que este raro rincón siga existiendo en este mundo digital cruzado de energía.

No hay obligación, claro. No se obliga a nadie a leerme. Pero si te nace, si se te ocurre, si el corazón o el bolsillo te lo permiten… hay un botón por ahí. No muerde. Solo tiembla un poco.